La ballena franca austral promedia los 13 a 16 metros de largo, y su peso oscila las 40 toneladas. Alcanza su madurez sexual a los 8 o 9 años. Puede llegar a vivir unos 50 años, teniendo una cría cada tres años, ya que la gestación dura un año y otro año más, la lactancia.
La Península de Valdés, en la región patagónica, es la zona por excelencia de reproducción de éstas ballenas, que como resultado se vuelve observatorio de características únicas, optimo para proteger y estudiar a esta increíble especie. Entre fines de abril y principios de mayo, comienzan a llegar los primeros ejemplares a los golfos Nuevo y San Jorge, alcanzando su número máximo en septiembre/octubre, para desaparecer las últimas, hacia fines de diciembre.
Éste cetáceo tiene la costumbre de realizar espectaculares saltos sobre la superficie del mar. Se especula que estos saltos pueden ser parte de un código de comunicación, de una suerte de actividad lúdica o simplemente deshacerse de los parásitos que habitan sobre sus callosidades.
En 1984 se sancionó la ley 23094 que declaró monumento natural a todas las ballenas francas que se visualicen en aguas jurisdiccionales de Argentina.